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Entrevista a Donna Ferrato Premio Basquedoksaria EHU/UPV 2022.

Entrevista a Donna Ferrato Premio Basquedoksaria EHU/UPV 2022.

Nuestro colaborador David Tijero entrevista Donna Ferrato. 

La fotógrafa estadounidense, Premio Basquedokfestival Ehu/Upv 2022 de la tercera edición del festival, ha desarrollado gran parte de su carrera profesional como fotógrafa, denunciando un problema endémico en prácticamente todas las sociedades del mundo, como es la violencia ejercida contra las mujeres. Un trabajo de largo recorrido que trata de indagar y buscar respuestas ante un comportamiento cada vez más rechazado, pero aún no superado.

¿Cuándo decidiste que tu principal tarea como fotógrafa sería documentar la violencia doméstica, o mejor dicho, la violencia contra las mujeres? 

Al principio me interesaba gente que estuviera enamorada. Quedaba con ellos, les fotografiaba. Fue tiempo después, ya de puertas para adentro, cuando empecé a ver cómo era la gente en realidad. No creo que haya siquiera un nombre para denominar aquello. Quería preguntar por todo ello. En 1978 la revolución sexual estaba en su apogeo. La generación del amor había sido sustituida por la generación del sexo. Mi perspectiva era ver cómo la desigualdad de género afectaba a las dinámicas de poder en la familia… Me preguntaba cómo las mujeres podían siquiera ser felices cuando eran tratadas cono esclavas.

En 1980 conocí a un par de inmigrantes suecos en un club de sexo para parejas en Nueva York. Era gente guay y disfrutona que iba en plan living la vida loca. Empezamos a quedar en numerosas ocasiones, principalmente con la intención de poder fotografiar ese embriagador estilo de vida. Al poco de entrar a vivir en su mansión, vi atisbos de manipulación. Me preocupaba que algo malo sucediera.

Una noche oí un grito de ella. Seguí aquel grito hasta el baño de ellos. En aquel momento encontré una misión que realizar de por vida en mi papel de mujer con una cámara.

En 1985 conocí a Margaret Atwood, la autora canadiense de El Cuento de la Criada. Mientras tomábamos un té, me dijo que llegaría el día en que las mujeres perderían su libertad y los hombres controlarían cada aspecto de la vida de las mujeres y que sería de forma violenta y confusa y que también habría mujeres trabajando a las órdenes de hombres para subyugar a otras mujeres.

Desde ese punto de vista, me puse a investigar el mundo precario de las mujeres maltratadas. Patrullé con policías, viví en refugios y en salas de urgencias de hospitales. Allá donde una mujer maltratada acudiera. También en prisiones. Intentaba aferrarme a la idea de que la violencia doméstica era una aberración, no la norma.

“En los Estados Unidos (…) hemos vuelto a los tiempos del hombre de las cavernas. Los hombres se sienten muy inseguros ante mujeres conscientes de su valía.”

Has sido testigo de muchas situaciones traumáticas, ¿Ha afectado todo ello a tu vida personal o simplemente crees que todo esto son situaciones extremas y la mayoría de las relaciones se basan en el amor y el respeto?

Mi obsesión era entender aquello. Pasado un tiempo dejé de confiar en el sistema y me alineé con movimientos activistas, organicé exposiciones para conseguir dinero para refugios a mujeres maltratadas y para crear grupos de hombres e intentar educar a la sociedad mostrando las posibilidades de que una mujer consiguiera salir viva de aquello. Fui testigo de cómo muchas mujeres lo hicieron. De cómo llevaron a cabo hazañas sobrehumanas para sobrevivir a una pareja violenta y no ser victimizadas por el sistema. Supe tiempo después cómo sus hijos, ya adultos, no repetían esos patrones de violencia, cómo sus relaciones eran más fluidas. Muchas mujeres que sufrieron maltrato tiempo atrás habían conseguido triunfar y no ser tratadas como esclavas o como la propiedad de una persona controladora y narcisista.

Donde más he encontrado relaciones basadas en el amor y el compromiso ha sido en parejas poliamorosas o en parejas no tradicionales.

Living with the Enemy: Domestic Abuse Awareness, Inc.

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La revista Time eligió una de tus fotografías «Man hitting a woman» como una de las 100 imágenes más influyentes del pasado siglo. Una triste y poderosa imagen que genera enconadas discusiones sobre lo que debería o no debería hacer un fotógrafo ante una situación así, ¿Podrías explicarnos el contexto de aquel momento y por qué decidiste seguir tomando fotos? 

Aquella noche en el hogar de la pareja sueca, todo el mundo dormía, los niños, la niñera, mi bebé y yo. El dormitorio principal estaba bajo el hall. Cuando escuché gritar a Elisabeth, agarré mi cámara y fui corriendo a su parte de la casa. Vi que él quería pegarla y quise detenerle. Es por ello que hice la fotografía. Antes de que pudiera volver a pegarla, le cogí del brazo y le dije que parara. Él me apartó y dijo, “Es mi esposa. He de enseñarle una lección”. Él estaba furioso con ella por haberle desobedecido.

© Donna Ferrato

Dicho de forma llana, lo que él quería era sus drogas mientras que Elisabeth pensó que la forma de salvar su matrimonio era escondiéndoselas. En la cara de ella se veía miedo. En la de él, rabia. El espejo nos atrapó a los tres. Aquel suceso de tortura tuvo lugar durante una noche en 1982. Era nuestro destino compartido que una mujer fuera agredida por su marido y una fotógrafa estuviera allí para dar cuenta de ello.

“Las chicas iraníes lo saben bien. Nos están enseñando qué es lo que debemos hacer, luchar hasta la muerte por nuestra libertad. La vida no merece la pena ser vivida si no tenemos voz propia.”

 

El Gobierno de España ha aprobado durante esta legislatura importantes leyes en contra de la violencia contra las mujeres e intentado expandir una cultura de aumento de derechos para los colectivos más vulnerables, ¿Cómo es la situación en Estados Unidos para mujeres que han sufrido violencia por parte de sus compañeros? 

 El Gobierno español merece un aplauso. Es un paso adelante necesario, destinado a detener el acoso, los abusos sexuales y la violación masculina. La ley del “Solo sí es sí” pone en el violador la responsabilidad de demostrar que la víctima dio su consentimiento. El presidente socialista Pedro Sánchez, alguien que se define a sí mismo como feminista, se comprometió a introducir una ley sobre el consentimiento destinada a eliminar la ambigüedad en casos de violación cuando accedió al cargo en junio de 2018. Y Marisa Soleto, directora de Fundacion Mujeres dijo que era la culminación de una demanda “largamente esperada” del movimiento feminista.

Living with the Enemy: Domestic Abuse Awareness, Inc. © Donna Ferrato

En los Estados Unidos, la violencia contra las mujeres ha aumentado. Hemos vuelto a los tiempos del hombre de las cavernas. Los hombres se sienten muy inseguro ante mujeres conscientes de su valía. Estados Unidos está fallando a las mujeres de una forma atroz y patética. No lo olvidaremos. El tiempo para la revancha siempre vuelve.

En 16 estados de Estados Unidos, cuando una chica es violada no hay salida. Es así como mucha gente enferma e insegura odia a las chicas y a las mujeres. Odian los bebés. Aman los fetos. Los hombres quieren que todo el mundo los escuche, que todo el mundo sienta su dolor. Quieren que las mujeres les sigan, que les apoyen, que nunca rechisten.

“El Gobierno español merece un aplauso por su compromiso de introducir una ley sobre el consentimiento destinada a eliminar la ambigüedad en casos de violación.”

 

Has documentado, de una manera explícita, episodios violentos contra mujeres, ¿Estuviste en alguna situación de riesgo mientras los fotografiabas?

No he sido consciente de ello.

 

Tu obra fotográfica hace hincapié en un problema social que sucede en todas las partes del mundo. A pesar de ello, muchos políticos niegan incluso su existencia. Se limitan a decir que violencia es violencia y estamos en contra de ella, pero que no existe una violencia contra las mujeres simplemente por ser mujeres, ¿Qué es lo que les dirías?

Los políticos mienten. Sus mentiras matan mujeres. Las mujeres dan vida. Los políticos se lo llevan todo y nunca dan las gracias. El cuerpo de una mujer es una herramienta para el Capitalismo. Los hombres están destruyendo cualquier esperanza por el planeta. Los hombres son el problema. Los políticos son el problema. No confíes en ellos. Las chicas iraníes lo saben bien. Nos están enseñando qué es lo que debemos hacer, luchar hasta la muerte por nuestra libertad. La vida no merece la pena ser vivida si no tenemos voz propia.

 

¿Verá esta sociedad el fin de la violencia contra las mujeres o deberá primero cambiar el modo en el que la misma está construida? 

Nada cambiará hasta que nuestra noción de género evolucione. La sociedad podría acabar con el abuso sistemático a las mujeres si todos abrazáramos el feminismo. Todos nosotros, mujeres, hombres y demás debemos hacerlo mejor. Chimamanda Ngozi Adichie cree que si aprendemos a ser más verdaderos con nosotros mismos, seremos capaces de salvar el mundo.

© Donna Ferrato

“Nada cambiará hasta que nuestra noción de género evolucione. La sociedad podría acabar con el abuso sistemático a la mujeres si todos abrazáramos el feminismo.”