David Arribas. El Punk como actitud
Entrevista realizada por el colaborador del Basquedokfestival, David Tijero
Tras un largo recorrido de más de seis años, el fotógrafo documentalista David Arribas consiguió sacar adelante un proyecto en torno al movimiento Punk y a quienes viven según sus principios. Un trabajo, “Ansia” que llegará en forma de exposición a Bilbao con motivo del próximo Basque Dok Festival de principios de noviembre.
Cuéntanos cómo la fotografía se convirtió en tu modo para expresarte, ¿hubo algún momento en concreto o fue un proceso paulatino?
No hay nadie en mi familia que hubiera fotografiado antes. No tengo una tradición de que mi padre tuviera una cámara o mi abuelo revelara. A mí me empezó a interesar la fotografía con los viajes. Iba con mis amigos todos los años a tres o cuatro sitios y ahí fue cómo me empezó a interesar, para captar esos sitios a los que íbamos y llevarme recuerdos de allí. Fue entonces cómo empecé un curso de foto para aprender cómo se usaba la cámara, fui conociendo gente que me introdujo en el mundo en la fotografía, autores y demás hasta que descubrí el fotoperiodismo y más adelante la fotografía documental, que es a lo que ahora me dedico. Curiosamente, hoy en día cuando viajo apenas hago fotos y la fotografía la utilizo para documentar los temas que me interesan.
“Es una vez que se acostumbran a ti y te haces de algún modo invisible, cuando empiezas a hacer las fotos interesantes.”
¿Y cuál sería tu posicionamiento dentro de la fotografía? ¿Lo ves como una afición que querrías convertir en tu profesión o profesionalizarte te quitaría de algún modo la libertad de poder tratar los temas que más te interesen?
Cuando abordo un trabajo puedo decir que trabajo de manera profesional, aunque no sea la fotografía mi principal fuente de ingresos. Lo considero una profesión. Viendo el tema de cómo están los encargos, por las condiciones y tiempo en el que deben de estar hechas las fotografías, es algo que no me interesa demasiado. Sirva de ejemplo el trabajo sobre los punkis que me llevó más de seis años. No me interesa ir adonde va todo el mundo, como es ahora el caso de Ucrania, donde se dieron más de tres mil acreditaciones a periodistas. Me interesa abordar temas que se hayan tratado menos y poder hacerlos de manera más reposada. Tener otro trabajo me permite mantenerme independiente y no tener que aceptar un encargo de alguien para hacer algo. Me puedo permitir trabajar en el tema que quiero y el tiempo que necesite. Para mí ya no es una afición. Me dedico a hacer ensayos sobre temas muy concretos que pueden ser difíciles de abordar, como los trabajos sobre el suicidio o la anorexia o sobre el maltrato de perros. Aunque siempre sigas aprendiendo, una vez empiezas a controlar lo que quieres hacer como autor y tienes una línea definida por los temas que trabajo y la estética que utilizo por lo que, para mí, no vivir de ello exclusivamente no me implica no ser profesional. Es la implicación moral que tienes con la fotografía lo que te hace sentirla como una profesión.
Hace unos meses publicaste “Ansia”, un interesante trabajo que documenta algo tan potente estéticamente como es el movimiento Punk, ¿Cuándo comenzaste con este proyecto?, ¿partías con documentación previa sobre la que ir construyendo el libro o las fotos se fueron haciendo una vez decidido abordar un proyecto así?
Empecé el proyecto en 2013 y en 2014 lo presenté a la beca de Albarracín. Lo hice porque era una escena que conocía previamente de cuando, siendo un adolescente, empecé a escuchar grupos, experimentar con la música, frecuentar ciertos ambientes. Una cosa que me remarcaron mucho en mi etapa de formación en fotografía fue que debía elegir temas que conociera y que tuviera cerca, por lo que me decidí por documentar la escena Punk de la actualidad. Elegí una forma de recordar esos tiempos de adolescencia en el que me movía en esos ambientes y el trabajo ha ido poco a poco alimentándose y creándose esta maraña de imágenes. Es lo bonito de estos trabajos de largo recorrido. Van desarrollándose y creciendo a lo largo de los años hasta poder acabar como libro y exposición.
“Es complicado desapegarnos de fotos que nos ha costado mucho hacer, aunque acabes por entender que no acaben de encajar en el conjunto final.”
De primeras, una cosa que les planteé era que no quería hacer solamente fotografías de gente en conciertos. Buscaba algo más. Quiero haceros fotos de conciertos, pero también contar cómo vivís. Habrá fotos que me servirán, otras que no, y esas os las podréis quedar vosotros para usar para discos, promoción y demás. Recuerdo que les sorprendía mucho verse en las primeras fotos que les hice pues la mayor parte de lo que tenían eran fotos de móviles o con cámara de poca calidad y en poco tiempo pasé de ser el tío raro que venía con la cámara a preguntarme que a ver cuándo venía. Es una vez que se acostumbran a ti y te haces de algún modo invisible, cuando empiezas a hacer las fotos interesantes. Las primeras no servían de mucho pues cada vez que apuntabas la cámara se ponían a posar, te miraban, eres alguien extraño a su rutina… pero una vez se acostumbraron a hacer su vida norma como si yo no estuviera fue cuando pude empezar a documentar lo que buscaba. Su vida, sus hijos, su casa, momentos íntimos, lo que hay detrás de todo ese salvajismo de los conciertos, de su estética… había días más inspirados que otros, pero me hice con gran cantidad de material.
“Ansia” consiguió publicarse a partir de una campaña de micro financiación, ¿qué nos puedes comentar de dicho proceso? ¿prima la libertad de poder elegir cómo desarrollar un proyecto como este o echaste de menos algo más de ayuda y haber podido delegar en alguna parte del proceso que conlleva crear un fotolibro?
Creo que el trabajo pedía ser hecho como autogestión porque si no habría perdido un poco la esencia de lo que pretendía hacer. Un lema del Punk es “Hazlo tú mismo” y con la campaña de crowdfunding contaba con la libertad de no tener una editorial que me marcara el camino, si bien es cierto que es más sencillo trabajar con una por lo de no tener que asumir toda la responsabilidad. Ha sido también una manera de demostrarme que se puede hacer un libro por uno mismo. Era un reto que me parecía muy interesante, aunque es verdad que genera mucho trabajo, hay muchas cosas que gestionar, pero he aprendido mucho en base a ensayo y error y será algo con lo que partiré en próximos proyectos. Elegí la fundación Goteo para hacer el crowdfunding por estar especializada en proyectos de temática social. Al final aposté y la jugada salió bien. Y ha podido salir adelante gracias a la gente, que ha visto que era algo interesante.
“Creo que el punk sigue, aunque vivimos en una época un poco de letargo en el que apenas hay movimientos sociales directos o contestación ante las cosas que están mal en temas que nos afectan a todos.”
¿Cuál ha sido la parte más complicada para sacar adelante un trabajo como este? ¿Has tenido algún tipo de colaboración en alguna fase del mismo?
Para mí ha sido la edición. El tener que elegir fotos y descartar otras. Sientes mucho apego por alguna de las imágenes y es por ello que conté con la ayuda de Javier Arcenillas para esa tarea. Al principio de ello tenía mucho material, temas que se repetían y había que descartar, algo que nos cuesta mucho a los fotógrafos. Es complicado desapegarnos de fotos que nos ha costado mucho hacer, aunque acabes por entender que no acaben de encajar en el conjunto final. También me resulto bastante engorroso escribir los pies de foto, pero bueno, lo asumí como un trabajo “sucio” que hay que hacer. Gracias a Javier y su ayuda en la edición aprendí mucho sobre seleccionar, hacer un conjunto de imágenes que a priori pudieran parecer menos interesantes pero que en grupo suman mucho más que por separado.
¿Observas en la actualidad algún otro movimiento musical, cultural o social que pudiera equipararse al impacto, estético, cultural o político de lo que supuso la irrupción del Punk supuso en 1977?
Creo que el punk sigue, aunque creo que vivimos en una época un poco de letargo en el que apenas hay movimientos sociales directos o contestación ante las cosas que están mal en temas que nos afectan a todos como, por ejemplo, la subida de precios de los últimos meses. Sigue habiendo gente fiel a estos principios del Punk, gente que vivirá y morirá fiel a ellos, pero en general no tiene la repercusión de entonces. Cuando surgió el Punk en España, en plena Transición, coincidió con un momento en el que había una amalgama de contracultura a nivel global y que entró por todos lados, siendo el Punk uno de ellos. Se expresó de forma diferente en diferentes lugares, pero llegó a todas partes.
El Punk podría equipararse al movimiento Hip-Hop, pues ambos son movimientos surgidos en las calles y basados en la contestación a lo establecido. Hubo intentos de querer equiparar la Movida madrileña como un movimiento similar, pero, siendo respetable, todo aquello, no tenía nada que ver con la esencia rebelde y contestataria de los otros dos, ambos con una fuerte carga social.
Como todo es cíclico, probablemente volverá, quizás no como antes, pero se manifestará de otro modo. Aunque ahora mismo, por el sistema que vivimos, estamos dormidos. Las manifestaciones de antaño eran mucho más masivas que las de ahora y ahora, a pesar de que hay muchas cosas que están mal, la protesta es mucho menor.
“A veces las revisiones de trabajos pueden ser muy duras y hace que mucha gente se desanime y acabe por creer que lo que tiene entre manos no vale la pena. Es algo duro de aguantar, pero si crees que eso es bueno y vale la pena, no desistas.”
¿Qué consejos darías a aquellos que tengan un proyecto en mente que quiere acabar como fotolibro? ¿Algo que deberían intentar evitar a toda costa basándote en tu experiencia?
Yo les diría que hagan lo que quieran, que, si se cierra una puerta, se abrirá otra y que no hagan caso a las críticas destructivas, que no aportan más que el ego de uno contra el tuyo. Que se busquen gente que aporte y con la que hacer piña. Apartarse de gente que desanima, minusvalora o que no te ayudan en nada. A veces las revisiones de trabajos pueden ser muy duras y hace que mucha gente se desanime y acabe por creer que lo que tiene entre manos no vale la pena. Es algo duro de aguantar, pero si crees que eso es bueno y vale la pena, que no desista. Fórmulas hay para poder hacerlas. Hay que intentar hacer lo que uno quiere y poder hacerlo. Da igual que no llegue Photo España o Arles, pero a lo mejor llega a tu barrio, a tu comunidad.
En suma, tratar de rodearse de gente que apoye, que aconseje y no tener prisa en llegar a la meta si haber hecho antes un recorrido.
En el próximo Basque Dok Festival que se celebrará en Bilbao el próximo noviembre, una zona que contó con una fuerte escena Punk en su día, ¿qué podremos ver en la misma? ¿será un complemento al libro Ansia? ¿Habrá alguna imagen inédita que hubiera quedado fuera de la edición?
La exposición ha estado en Castellón, en Teruel y en octubre viajará a Huelva. Bilbao me parece un sitio muy bueno para acabar con la gira de este año. Bilbao, el País Vasco, es un grupo de donde salieron muchos grupos que nos influenciaron. Voy con muchas ganas de enseñar el trabajo allí para mostrar como es el Punk en la actualidad, algo que no está demasiado documentado como sí lo está aquella escena de los años setenta y ochenta. Sin apelar demasiado a la nostalgia, creo que es bonito dar protagonismo a algo que se olvidó en su momento y que ahora está más bien aletargado, pues entre otros motivos, también hubo un interés en desactivarlo como sucede con todos los movimientos subversivos. Me parece una forma muy bonita de darle ese recuerdo y mostrarlo en un lugar como Bilbao. La exposición incluirá descartes que no se pueden ver en el libro, llevo además posters, carteles, pancartas, con un multimedia muy potente que enseñare el día de la presentación mostraré y que me da para hacer mucho juego con ello.